"La literatura es, también, el aprendizaje de una higiene mínima de la expresión, de una ascesis verbal que permite acceder a la esencia de lo que se trama en nuestros destinos. El goce que se encuentra en ella es el de la illuminatio angustiana, el del reconocimiento de lo fundamental, el del descubrimiento de nuestros interrogantes comunes. No suele proponer respuestas, pero nos devuelve la imagen de lo que hemos sido, somos o podríamos ser. Nos permite decirnos, explicarnos por medio de historias lejanas de otros seres humanos en los que, precisamente porque son diferentes de nosotros, podemos reconocernos, y a través de los cuales podemos cuestionarnos sin ponernos en peligro."
Frankenstein educador
Irene Tomás Pardo
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