Tonucci
es un pensador, psicopedagogo y dibujante italiano. Es
autor de numerosos libros sobre el papel de los niños en el ecosistema urbano.
Este
libro pretende criticar a la forma en el que las ciudades están estructuradas;
por lo tanto aconseja que la ciudades sean estructuradas y creadas pensando en
los niños, en cierta medida "protegidos" por el resto de la
población. Tonucci se basa en que la escuela debe de tener en cuenta las
experiencias vividas de los alumnos en su vida cotidiana y utilizarlo en clase.
Como
pedagogo de gran relevancia Tonucci crítica la escuela actual y propone varias
modificaciones tanto en la escuela como en su forma de trabajar.
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Dejar tiempo a los
niños por las tardes para que hagan cosas diferentes y luego tengan temas de
conversación para hablar en clase.
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Darle más poder y
libertad a los niños.
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Tonucci apoya el uso
de la lectura en voz alta de los libros en clase.
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Sostiene que los
niños no son recipientes vacíos que hay que llenar de conocimientos, éstos
tienen sus propias vivencias y formas de pensar.
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Afirma que si nos
centramos en lo que se sabe hacer, más que en lo que no somos capaces de llevar
a cabo, tendremos niños más motivados y menos frustrados que ayudarán a un
futuro a crear personas más seguras de si mismas.
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El profesorado de
este tipo de escuela debe ser capaz de promover todas estas ideas, apoyar el
trabajo en grupo e incluir a la familia, la cultura… en la escuela.
La
escuela debería crear personas que fueran capaces de respetarse, ser
individuales, libres, tener sus propias opiniones, personas menos frustradas y
más decididas a formar sus capacidades. La escuela debería de ser más abierta a
las opiniones de los niños, crear el conocimiento entre docentes y alumnos…
Estas ideas colaboran para crear una ciudadanía más completa, competente y
mucho más colaboradora en muchos aspectos. Esta idea serviría para mejorar el
hoy y crear un futuro mejor
Tonucci
piensa que hay que resaltar el papel del maestro y considerarlo una pieza
esencial en la educación de los niños, ya que algunos niños pasan más tiempo
con los maestros que con sus propios padres a lo largo del día, deberíamos
potenciar más la relación entre la familia y la escuela, la escuela tiene que
ayudar a la familia en aspectos en los que la familia no sepa cómo actuar.
También considera necesario un cambio de modelo: del educativo actual a otro
que tenga en cuenta las competencias del niño, hay que escucharlo y conseguir
que compartan sus conocimientos con los demás compañeros, hay que prepararlo
para la vida en sociedad.
Por
último, el especialista mantiene que “la escuela debe ser un lugar bello, donde
se pueda respirar cultura, haya música, arte, sea agradable y cómoda. Debe
preocuparse por ofrecer a todo el mundo aquellas bases, aquellas motivaciones,
aquellos modelos culturales imprescindibles para construirse en patrimonio de
conocimiento, habilidades y competencias”.
Maria Blay Vitoria
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